Vestuario Sexo Estilo Perro Adán

"Adam sintió que su corazón se aceleraba cuando vio a Hilda entrar al vestuario. Los sonidos apagados de las risas y las conversaciones en el pasillo se mezclaron con el eco lejano de los pasos, pero en ese momento, todo desapareció. La mirada de Hilda se encontró con la de Adam, y una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. El aire parecía pesado, cargado de palabras no pronunciadas, mientras que la luz fluorescente proyectaba sombras tenues a su alrededor. Se acercó, con la respiración entrecortada, y por un segundo, el silencio entre ellos gritó más fuerte que cualquier declaración. La proximidad trajo consigo una electricidad que hizo que a Adam le doliera el pecho de anticipación. —No pensé que vendrías —dijo, tratando de mantener la voz firme—. —Estuve a punto de no venir —respondió Hilda, tocando un mechón de pelo con los dedos temblorosos—. Sus ojos revelaban una mezcla de nerviosismo y deseo que dejaba claro que ese momento era más que un encuentro casual.